La elección del rechazo y el miedo

En áreas importantes, sus propuestas son claramente opuestas. Los dos candidatos que están mejor perfilados para pasar a segunda vuelta el domingo, José Antonio Kast y Gabriel Boric, generan rechazo e incluso miedo en votantes del bando contrario.

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“Sólo se podrá divulgar resultados de encuestas de opinión pública referidas a preferencias electorales hasta el décimo quinto día anterior al de la elección o plebiscito inclusive”. Así lo establece el artículo 37 de la Ley Orgánica Constitucional Sobre Votaciones Populares y Escrutinios, y que fijó el 6 de noviembre de este año como la fecha límite para publicar encuestas sobre las elecciones generales del domingo 21.

De esa forma el sábado antepasado, distintos centros de estudio publicaron sus sondeos previos a la elección presidencial, resultados que aseguran transversalmente que los dos candidatos que pasarán a segunda vuelta serán José Antonio Kast (Partido Republicano) y Gabriel Boric (Apruebo Dignidad).

Mientras el sondeo de Criteria muestra a ambos candidatos empatados con un 25%, los estudios de Cadem, Activa Research y Panel Ciudadano-UDD dieron ventaja a Kast de entre 3 y 6 puntos. Más allá de eso, ambos candidatos cuentan con altas tasas de rechazo en las encuestas.

En la de Cadem, 56% respondió que decididamente no votaría por Boric y 52% dijo lo mismo sobre Kast, aunque hubo otros candidatos que tuvieron peores resultados. En cambio, según Activa Research, el 34,7% de los encuestados “jamás votaría” por José Antonio Kast y el 24,9% no lo haría por Gabriel Boric, con ambos candidatos liderando en la cantidad de votantes que los rechaza. También en la medición de Criteria están a la cabeza en este aspecto: 48% de los encuestados no votaría “en ningún caso” por José Antonio Kast y el 34% tampoco no lo haría por Gabriel Boric.

Pero no es sólo que se rechace al otro candidato. Parece incluso existir miedo. Mientras los políticos de derecha y sus votantes fieles en redes sociales han criticado el programa de Boric y sus reformas –también haciendo hincapié en declaraciones como el “ponerle inestabilidad al país” de Sebastián Depolo, candidato a senador del Frente Amplio–, en la izquierda el temor parece más profundo.

“José Antonio Kast es un peligro para la democracia”, aseveró en el último debate presidencial Marco Enríquez-Ominami, quien además trató a Kast como Dr. Miedo. Esas declaraciones han sido similares a las de otros políticos de izquierda, como el senador Alejandro Guillier. Y entre los votantes el miedo es real.

En una encuesta no científica que realizamos el viernes pasado en Instagram, preguntamos “¿Qué predomina cuando piensas en la próxima elección presidencial?”. De entre las emociones básicas, alegría, rabia tristeza y miedo –dejamos fuera asco y sorpresa, por la interfaz y porque no creímos que se correspondieran con la pregunta–, esa última opción ganó con un 52% de los 175 votos. Más atrás quedaron la tristeza (19%), alegría (16%) y rabia (12%).

Rosario Rubio, profesora de Educación Diferencial, es una de las personas que siente miedo frente a la próxima elección: “¿Cómo puede existir personas que les sea llamativo que una persona súper extrema y de ultra derecha que tiene unos postulados súper marcados, y que pueda salir presidente? A mí por lo menos eso me da miedo, me trae recuerdos de la época más oscura que tuvimos como chilenos y me causa temor”.

Agrega: “La gente dice que no quiere participar, porque no habla de política, pero no es hablar de política es hablar de un futuro de una sociedad, ser un poquito más solidarios. Eso es lo que ha eliminado el sistema neoliberal, nos ha creado súper individualistas, no tenemos visión de futuro ni de bienestar colectivo. Y empatía cero. Esos son los temores que en este momento yo tengo”.

Incertidumbre nacional

“Son muchas las diferencias entre este proceso presidencial y los anteriores”, explica Rafael Pizarro, jefe de la carrera de Administración Pública en la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), quien plantea que estas elecciones se han visto afectadas por una crisis económica importante, una crisis sanitaria, el estallido social, un Gobierno con gran nivel de desaprobación y un presidente acusado constitucionalmente. “Es decir un escenario mucho más complejo y diverso que los anteriores”, agrega.

En la misma línea el psicólogo, doctor en Educación y académico de la Universidad Central de Chile (UCEN), Daniel Sánchez, sostiene que “estamos en medio de un periodo de muchísima incerteza (…) No sabemos qué ocurrirá mañana ni menos aún qué nuevas medidas habrá que tomar para hacer frente a lo que viene, ante ello todas nuestras certidumbres, racionalidades y certezas se han ido desmoronando”.

Y agrega: “Nos vimos obligados a vivir en un modo ausente de control, conocimiento e inclusive aprendimos a navegar en un mundo cada día más cambiante, y eso genera muchísima ansiedad, miedo y desesperación”.

Justamente este panorama lleno de incertidumbres se parece al experimentado en la elección presidencial pasada en Estados Unidos, con un clima polarizado de blanco y negro, y de buenos y malos. Incluso, según la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés) un 68% de ciudadanos estadounidenses votantes presentaba cuadro de estrés provocado por las elecciones.

Otro de los que tiene miedo frente a las próximas elecciones es Danilo Godoy, músico chillanejo, a quien le sorprende el apoyo que ha mostrado Kast en las encuestas, de las que en todo caso duda: “¿Se supone que luego de que en Chile haya un levantamiento popular, después de que gana el Apruebo con 78%, seguido de la paliza que sufrió la derecha en la Convención Constituyente y en las últimas elecciones, el candidato que ahora lidera en primera vuelta es el de la extrema derecha? ¿Porque lo dice una encuesta que vive más de errores que de aciertos?”.

Las propuestas más criticadas

Según Rafael Pizarro, las propuestas de Gabriel Boric “no son tan extremas, sino más bien caen en el permanente recelo de sectores conservadores que buscan establecer el temor ante los gobiernos de izquierda, una receta ya conocida”.

La arista económica del candidato de Apruebo Dignidad es la que más aterra a la derecha y a sectores más tradicionales. Propone cuatro reformas estructurales, en el sistema tributario, en salud, en pensiones y en educación, por lo que las críticas apuntan directamente a que esas medidas generarían inestabilidad.

La propuesta más polémica durante el último tiempo ha sido en el caso de pensiones, donde Boric aspira a una cotización del 18% que será administrada por un ente estatal poniendo fin a las AFP. El tema es que se perdería el derecho a la propiedad sobre dicho monto, es decir, no sería heredable por las siguientes generaciones.

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Debate de Anatel el 15 de noviembre. CANAL 13

También, existieron dos duras críticas por cambios a su programa: el primero fue en materia de migración, donde postulaba que abriría “un proceso de regularización extraordinario, que incluya a todas las personas sin documentos, independiente de la forma que hayan ingresado al país”; el segundo apunta a que los trabajadores ocupen el 50% del directorio de las empresas privadas, el cual fue modificado apuntando a que un comité de empresas será el que debatirá respecto a la medida.

En lo que refiere al candidato republicano, hay una serie de ideas que son fuertemente rechazadas por el otro sector. “Lo de la zanja, la solicitud de requisito de casamiento para acceder a beneficios, el término del Ministerio de la Mujer, la expulsión de cerca de 30 mil funcionarios y funcionarias públicas, y cuestionarse la permanencia en organismos internacionales, son sin duda propuestas muy arriesgadas y, a mi parecer, muy poco coherentes con la realidad país y mundial”, recalca Pizarro.

«El estrés del período electoral es inevitable, pero lo que sí podemos evitar es caer en la información que desdibuja la realidad.»

— Daniel Sánchez, psicólogo, doctor en Educación y académico de la Universidad Central de Chile (UCEN).

Y claro, si para frenar la migración irregular en el norte del país, el plan de José Antonio Kast es la construcción de una zanja que podría tener un costo cercano a los US$ 10 millones, dependiendo de la cantidad de kilómetros que contenga; y en lo que refiere a seguridad, la ampliación de atribuciones en caso de emergencia, permitiendo al presidente arrestar a personas en lugares que no sean cárceles oficiales.

Pero, sin duda, las mujeres son las más afectadas en su programa. El candidato de ultraderecha pretende transformar el Ministerio de la Mujer para unirlo al de Desarrollo Social, una idea incluso respaldada por su esposa, María Pía Adriasola, que ha dicho que preferiría un “Ministerio de Familia”. Y hay más, mucho más. También plantea derogar la Ley de Aborto en Tres Causales, crear incentivos económicos sólo para mujeres casadas y un plan de promoción a la natalidad.

Y ya como la gota que rebalsa el vaso, pone en duda la amplia evidencia que confirma el cambio climático en su programa. “Al respecto estas propuestas tienden a dividir a la opinión pública, lo que sin duda generaría un clima muy complejo para el país, sumado a eso la incapacidad de gobernar”, señala el experto.

“Entre una candidatura como la de Boric y la del candidato de la derecha negacionista, no hay punto de comparación. Uno podrá tener algunas diferencias con Boric o con Apruebo Dignidad, pero sí están por un cambio y hay reformas muy importantes en su programa versus un candidato que no quiere educación pública, gratuita y de calidad, que está por seguir recrudeciendo el neoliberalismo en Chile, que no quiere avanzar sino retroceder en equidad de género, que quiere persistir con las AFP, que no quiere emparejar la cancha. Te encuentras con dos países muy distintos en esas dos visiones”, comenta Danilo Godoy.

¿Cómo controlar esa incertidumbre política?

Según Daniel Sánchez, la sensación de incertidumbre tiene que ver con el terreno inexplorado y desconocido, con cómo van desapareciendo nuestras certezas y también el mundo y la vida como la comprendimos. En este estado “entramos en un mar complejo de emociones que inclusive no conocíamos, caracterizado por el miedo, rechazo, stress, ansiedad, así como alegría, esperanza, sensación de cambio y evolución”.

En el caso de las elecciones presidenciales, el académico UCEN explica que “el miedo y la angustia, así como la ansiedad devienen efectivamente del juego de los miedos y los medios” que se han entrelazado en estas campañas presidenciales. Es evidente que poco sabemos sobre lo que va a ocurrir finalmente el 21 de noviembre, como tampoco podríamos saber cómo será el futuro de nuestro país si el candidato que nos gusta triunfa y vista la banda presidencial el 11 de marzo del año próximo.

Sin embargo, sí creemos saber lo que pasará si el candidato que no nos gusta gana las elecciones. Eso pasa, según el psicólogo, porque existe un “sesgo de confirmación”, que sostiene que “las personas escuchamos, vemos y percibimos lo que queremos, y ante eso, bastan bellas palabras y frases que apuntan a esta incertidumbre de las personas para generar ese efecto deseado. La verdad terminar con cual o tal institución o política dependerá no del presidente, sino del Congreso, por lo tanto, sabemos que el juego de los candidatos es eso, sólo un juego”.

El problema para Sánchez es cómo se informan y se documentan las personas sobre cada uno de los candidatos presidenciales, provocándoles más estrés y ansiedad. El académico critica la intención de informarse sólo a través de redes sociales, lo que podría llevar a caer en fake news o información errónea que solo incrementa la incertidumbre.

“El estrés del período electoral es inevitable, pero lo que sí podemos evitar es caer en la información que desdibuja la realidad”, afirma el psicólogo.

Sobre esto, el académico explica el fenómeno de la infoxicación, que indica que “estamos aturdidos, intoxicados y sobrepasados de información” constantemente y todos los días. Lo que él recomienda en estos casos para que ese exceso de información no nos afecte en demasía es que cuando alguien nos dé una información que se asuma como verdad y ha sido extraída de redes sociales “no hay que valorarla”.

“No creo que debamos alejarnos de las redes sociales, más bien debemos saber filtrar y hacernos un juicio. Hay estudios que indican que Twitter está pensado, diseñado y conceptualizado para un número limitado de caracteres, lo que genera la ausencia de argumentos y en definitiva una estructura específica de pensamiento. Es una red en la que poco se dialoga, más bien se expresa y posiciona una demanda y un clamor que poco argumento trae”, sostiene.

Según él, en Chile no tenemos muy enraizada la cultura de dialogar y eso también nos lleva a otros estados emocionales que derivan de la violencia que uno ve en comentarios y publicaciones al momento de discutir.

“La descalificación y la agresión son evidencias de la falta de argumentos y la violencia (física, verbal, psicológica) evidencia aquello, que ya no tenemos argumentos para parlamentar. El diálogo es algo que ha estado esquivo en nuestra cultura y hemos aprendido a exponer escuchando poco”, enfatiza Sánchez.

Para no entrar en esta especie de espiral de violencia que nos pudiera traer más frustración, ansiedad, miedo y estrés, el académico propone “dialogar sin herirnos”. El ambiente en el que nos encontramos ya es lo suficientemente violento como para sumarle una discusión, o un debate de ideas basada en agresiones.

La profesora de 44 años de Concepción, Rosario Rubio, opina que “falta formación cívica, abrirse un poco más a otras fuentes de información. La gente se informa por la televisión y no lo hacen por medios alternativos”.

Y es que su principal miedo es la incertidumbre de la poca certeza que existe frente a estas elecciones y a que los jóvenes y más personas, no vayan a votar. Danilo Godoy apunta al mismo punto.

“Yo llamaría a votar. Insisto en que hay que hacerse parte y tener conciencia de las visiones que están en juego. Tenemos a Piñera, en parte, porque hubo mucha gente que se quedó en la casa creyendo que ‘daba lo mismo’, porque el otro candidato ’no era tan bueno’, pero me da la impresión de que no dio lo mismo, más bien trajo consecuencias nefastas para nuestro país”, concluye.

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