El oportunismo de Piñera: matrimonio igualitario y el aprovechamiento criticado por grupos LGBTIQ+

Tras anunciarlo en la Cuenta Pública, Sebastián Piñera le puso urgencia al proyecto de ley de matrimonio igualitario. Una iniciativa que divide a su sector y que molestó a diversas agrupaciones LGBTIQ+, que lo acusan de pinkwashing para distraer.


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Sólo bastó una frase para que nada más pareciera importante en la Cuenta Pública. Sólo bastó una frase para que el minuto de silencio realizado por las víctimas de la pandemia y el perdón público ofrecido por el presidente a todas y todos los chilenos que no recibieron ayuda cuando la necesitaron, pasara a segundo plano. Sólo bastó una frase para que los anuncios contados con una mano se sumieran en el olvido. “Pienso que ha llegado el tiempo del matrimonio igualitario en nuestro país”, dijo Sebastián Piñera y en su sector ardió Troya.

Sólo 13 minutos habían pasado de su última Cuenta Publica, cuando el Presidente de la República dio el golpe: “Por esta razón, anunciamos que pondremos urgencia al proyecto de ley que lleva años en el Congreso y que establece el matrimonio igualitario entre todos nuestros compatriotas”.

Miembros de Chile Vamos reaccionaron con sorpresa al anuncio del que nadie estaba al tanto. Algunos con disgusto. Ciertos parlamentarios tuitearon ofendidos, tildando las palabras del presidente como una traición, y antiguas palabras de un joven ministro salieron a flote en redes sociales, justo en el momento cuando él abandonaba el salón donde estaba oyendo la Cuenta Pública.

Las redes sociales se llenaron de adeptos y detractores. En política también aparecieron los que estaban dispuestos a aprobar y rechazar este proyecto. La derecha dividida, la izquierda aparentemente satisfecha, las dos agrupaciones que participaron del lobby del matrimonio se manifestaron contentas, pero ¿qué tan ciertas fueron las palabras de Sebastián Piñera? ¿Realmente piensa que han llegado los tiempos del matrimonio igualitario o es sólo populismo y una promesa que sabe que no va a cumplir?

Algunas organizaciones LGBTIQ+ denuncian que el presidente está lavando su imagen en medio de su baja aprobación y falta de horizonte para enfrentar los problemas sociales, económicos y sanitarios, tildándolo incluso de “oportunista”.

El pinkwashing presidencial

“Negar la igualdad de derechos y libertades para todas las personas, cualquiera sea su sexo, su raza, nacionalidad, su orientación sexual o su identidad de género, es mucho más que anacrónico. Es derechamente inexcusable”.

Con estas palabras, Michelle Bachelet firmó el proyecto de matrimonio igualitario el 28 de agosto de 2017, en un acto público desarrollado en La Moneda junto a sus ministros más cercanos y activistas del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, Movilh.

A pesar de que el proyecto era parte de su programa de Gobierno, Bachelet firmó el documento luego de que el Movilh demandara al Estado de Chile ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por prohibir el matrimonio igualitario. El organismo internacional debió ser el mediador entre ambas partes, y el conflicto culminó con el “Acuerdo de Solución Amistosa”, suscrito en 2016.

El 5 de septiembre del 2017, la iniciativa ingresó al Congreso con 10 artículos y dos disposiciones transitorias. El proyecto que modifica diversos cuerpos legales para regular, en igualdad de condiciones, el matrimonio de parejas del mismo sexo, establece los mismos derechos que heterosexuales tienen al momento de casarse, incluidos los de filiación.

Luego de pasar por las comisiones de Constitución, Hacienda y poner en conocimiento de esta modificación a la Corte Suprema, recién el 15 de enero de 2020 se aprueba la idea de legislar con 22 votos a favor, 16 en contra y 1 abstención, debiendo discutirse en particular.

El 15 de mayo se presentaron las indicaciones para dicha discusión. Sin embargo el anuncio del presidente aceleró la gestión del proyecto. El 5 de junio de este año, el Ejecutivo le puso suma urgencia al proyecto de ley de matrimonio igualitario, lo que significa que el Congreso tiene un plazo máximo de 10 días para su tramitación.

No hay que negar que esta noticia fue una sorpresa para todos. Para gran parte de las agrupaciones y activistas por los derechos LGBTIQ+, el anuncio del Presidente de la República fue más bien un acto de oportunismo y de pinkwashing que, al parecer, no está resultando.

El pinkwashing, según el medio LGTB madrileño shangay.com, es “una estrategia deliberada que llevan a cabo diferentes países para ocultar las continuas violaciones de los derechos humanos de una población específica, detrás de una imagen de ‘aparente modernidad’ en cuanto a estilo de vida LGTB”.

En este caso, es el lavado de imagen que Sebastián Piñera pretendió realizar, tiñéndose de los colores de las banderas LGBTIQ+, con el propósito de obtener algún beneficio, aparentemente en las encuestas, o también para demostrar una mayor apertura, inclusividad y tolerancia por parte de su Gobierno, mas no de su sector.

Cuenta pública 2021
Cuenta Pública del 1 de junio. PRENSA PRESIDENCIA - ÁLEX IBÁÑEZ

Para Franco Fuica, coordinador de legislación y políticas públicas de la Organizando Trans Diversidades (OTD Chile), el anuncio de Sebastián Piñera fue “sin duda, un lavado de imagen”.

“A su sector no le interesa y no le ha interesado nunca el matrimonio igualitario. Lo han declarado de distintas formas, tanto en lo público como en lo privado”, detalla Fuica.

“Finalmente, lo que hace Piñera es tratar de congraciarse con una porción de la población LGBTIQ+ que está en una situación, yo diría, bastante más acomodada, porque hoy en día quien quiere casarse se encuentra en una situación acomodada, no alguien que está en una situación precarizada como están muchas personas trans”, enfatiza.

«Nos parece que no se entiende el trasfondo de cuáles son las necesidades de la población. Nos parece que hubo un blanqueo de imagen y una utilización política.»

— Nicole Rojas, activista, vocera y encargada de la comisión de investigación de la Agrupación Lésbica y Bisexual Rompiendo el Silencio (RS).

En la misma línea, Gonzalo Cid, coordinador del equipo de gestión y vocero del Movimiento por la Diversidad Sexual (MUMS), cataloga el anuncio del presidente como “un gran oportunismo”, pues justo “en el momento en el cual está en el suelo en las encuestas y ya no tiene capacidad, mayormente, de gobernar producto del bajo apoyo, trae estos temas al tapete, sabiendo que gozan de bastante popularidad”.

Cid atribuye este tipo de anuncios a la constante desconexión que existe en la élite chilena con el sentir real de la ciudadanía y, en este caso, con los movimientos y reivindicaciones de la diversidad y las disidencias.

“La élite piensa que efectivamente el matrimonio es el elemento central, como lo es también para algunas organizaciones que son articuladoras de esta élite, porque básicamente el matrimonio lo que regula es el patrimonio de las personas en pareja. Y claro, el patrimonio es relevante para la élite, porque son quienes tienen patrimonio”, asegura Cid.

“Esta desconexión con las demandas reales lo que hace es que precisamente muchos y muchas de ellas no vean la necesidad de avanzar en las luchas reivindicativas sobre el derecho al trabajo, la salud, la educación, y con ir terminando con la discriminación arbitraria que genera, como último elemento pero bastante habitual, la muerte, tanto por asesinato como por suicidio”, agrega.

Desde la Agrupación Lésbica y Bisexual Rompiendo el Silencio (RS) consideran que el anuncio de Piñera fue “una utilización política de nuestra orientación”. Nicole Rojas, activista, vocera y encargada de la comisión de investigación de la organización detalla que el discurso del presidente fue “sumamente peligroso” y “bastante frívolo”.

“Nos parece que no se entiende el trasfondo de cuáles son las necesidades de la población. Nos parece que hubo un blanqueo de imagen y una utilización política, pues no creemos que el matrimonio igualitario sea el único camino”, asegura Rojas.

“No nos parece que el matrimonio igualitario sea la gran consigna de nuestro movimiento y nos parece sumamente peligroso anunciar este proyecto en medio de una pandemia, donde hoy en día, hay hermanas y hermanos que, en realidad, se están muriendo. Es bastante frívolo, en realidad”, añade.

“Fue llamativo, fue un poco inesperado”, asevera Marco Becerra, director de gestión pública de AcciónGay. “Nos parece que fue un acto desesperado por querer figurar en la historia como que hizo algo importante. Evidentemente, quiere decir que en su Gobierno se aprobó el proyecto de matrimonio igualitario, en alguna forma para buscar limpiar su imagen en relación a la defensa de derechos humanos, dado que está cuestionado por la sistemática violación de estos mismos”.

De todas formas, Becerra ve este anuncio como “una oportunidad de instalar una discusión respecto a la igualdad”. “Nosotros tenemos una postura de que venga todo y que todo está bien, ya que no hemos tenido nada y lo queremos todo. Si entra el matrimonio igualitario como una opción, fantástico. Si lo instala Piñera y lo aprueba ahora, fantástico. No vamos a sobreideologizar una discusión que hace tantos años está y que mucha gente la mira con esperanza. Lo importante es que esto está y que ojalá este año, la gente que desee casarse, lo pueda hacer”.

Casarse, ¿era lo más urgente?

A pesar de que todas las agrupaciones que luchan por los derechos LGBTIQ+ están de acuerdo que el matrimonio igualitario es algo importante y que permite avanzar como país en temas de igualdad, consideran que hoy en día no es lo más urgente en materia de derechos de las diversidades y las disidencias.

Nicole Rojas aclara que como agrupación les preocupa que se levanten consignas como el matrimonio igualitario, “cuando toda la comunidad LGBTIQ+ ha quedado sumamente vulnerable y sujeta al mercado”, sobre todo durante esta pandemia. Para Rompiendo el Silencio hay dos aspectos claves que se deberían estar hablando hoy en día, antes que el matrimonio igualitario: los derechos de filiación y una mejora a la ley antidiscriminación.

“Los hijos de las mujeres lesbianas existen, son los nuevos hijos ilegítimos y lamentablemente ese debate no se ha querido dar. Nos parece sumamente importante que el estado civil de las madres o de los padres no debe condicionar el derecho de filiación de los hijos, porque todo niño, niña y niñe tiene derecho a la familia, pero sin estar supeditado al matrimonio. Incluso, nosotros ya ni siquiera hablamos de matrimonio o de familia, sino de vínculos”, expresa.

Rojas también agrega que hay que hacer importantes mejoras a la Ley Antidiscriminación, pues tiene grandes falencias: “Una de ellas es que no es reparatoria y que, además, no se genera un proceso judicial fluido, por lo que la mayoría de las víctimas desiste en el camino. Aparte la carga probatoria suele tenerla la persona que fue víctima del hecho de discriminación. Entonces, además es sumamente revictimizante”.

Según Franco Fuica, lo más urgente en materia de derechos LGBTIQ+ es el derecho a la vida y aclara que cuando habla del derecho a la vida no se refiere solamente a estar vivo y sobrevivir, sino al derecho de “vivir bien”: “No que esté viviendo o corriendo de un lugar para otro para poder dormir una noche bajo un techo y no estar muriéndome de frío. No. El derecho a la vida también es poder en la mañana levantarme, tomar desayuno, autosustentarme con un trabajo digno y esas cosas no están para las personas trans”.

«Para nosotros siempre lo más urgente es el poder salvar las vidas de las personas de las diversidades y disidencias.»

— Gonzalo Cid, coordinador del equipo de gestión y vocero del Movimiento por la Diversidad Sexual (MUMS).

“Para nosotros el matrimonio igualitario no es lo más urgente. Lo urgente acá es mantener la vida de quienes tienen más limitaciones, menos oportunidades y que hoy en día silenciosamente están muriendo o tienen muchas dificultades para vivir”, agrega Fuica.

Para la OTD, el fin de la mutilación genital en las personas intersex, el reconocimiento de la identidad de personas no binarias y una ley integral trans son mucho más urgentes que la iniciativa anunciada por el Presidente.

“Las violaciones que se provocan a través de mutilaciones genitales a personas intersex debe ser regulado y acabarse en todo Chile. No se justifica de ninguna forma que estemos constantemente instalando dentro del binomio (macho y hembra) a las personas que nacen sin estar dentro de esos parámetros. Debe asegurarse que mientras no tengan algún tipo de situación que les impida la vida, no debe haber ningún cambio hasta que elles, siendo ya conscientes, puedan decidirlo. Como también reconocer el derecho de las personas que no se sienten hombres ni mujeres. Es decir, el reconocimiento de lo no binario, algo que nuestro ordenamiento jurídico no reconoce, ni la ley de identidad de género tampoco”, recalca.

Además, consideran que la presentación de una ley integral trans es una de las cuestiones más importantes, pues lo que hay hoy para elles es “casi suficiente”. Una ley que “respete la capacidad progresiva de poder decidir y que los padres de los adolescentes no decidan por elles al momento de realizar el trámite de cambio de nombre”.

Para AcciónGay, el matrimonio igualitario es, más que nada, “una urgencia en sentido cultural, es una forma de reconocimiento”.

“Sin duda hay cosas más importantes, pero avanzar en igualdad de reconocimiento de las parejas del mismo sexo, también lo es. No hay que desmerecer esta posibilidad. Probablemente, hay necesidades que son más bien referidas a la seguridad de personas LGBTIQ+, a la violencia, a los temas de seguridad laboral, de inclusión, de avanzar en educación no sexista con enfoque de diversidad sexual y de género; pero también hay una situación de desprotección para muchas familias homoparentales que tienen hijos y que efectivamente no están protegidas por el Estado”, manifiesta Becerra.

“Nos parece que está bien que se discuta y que ojalá se apruebe lo antes posible, porque así podríamos seguir hablando de otras cosas, como los temas que tienen que ver con ámbitos de seguridad humana, la violencia, el bullying homofóbico, la discriminación, educación sexual y empezar a sensibilizar a la ciudadanía respecto de la inclusión”, detalla.

Por su parte, Cid reconoce que el proyecto de ley de matrimonio igualitario genera mayor visibilidad en la comunidad LGBTIQ+, pero no es lo más urgente: “Para nosotros siempre lo más urgente es el poder salvar las vidas de las personas de las diversidades y disidencias, en generar campañas potentes contra la discriminación, la violencia y el odio, pues estas llevan efectivamente a que muchas personas de las diversidad y disidencias sean golpeadas, sean maltratadas”.

Para el MUMS es más urgente que “el Estado asuma una campaña real, fuerte y potente por los medios de comunicación para terminar con el estigma de la discriminación y la violencia hacia la diversidad y disidencias. Sobre todo, con un real énfasis en la población trans, que es la población que más violencia sufre. También, que se pueda vivir de manera digna y que hayan políticas que permitan el trabajo a, por ejemplo, la población trans, pero también al resto de la diversidad y disidencias”.

Tanto RS, la OTD y el MUMS aseguran que el matrimonio igualitario no se encuentra dentro de sus demandas principales ni en sus luchas más relevantes que quieren visibilizar y lograr. “Si pusiera en una balanza y nos hiciera elegir entre el matrimonio igualitario y una vida libre de violencia, gran parte de nuestras compañeras van a responder una vida libre de violencia, porque finalmente de eso se trata. El matrimonio no es la panacea”, remata Nicole Rojas.

Una Constitución inclusiva

Frente a un nuevo proceso constituyente y a sólo días de que se reúna por primera vez la Convención, activistas de las agrupaciones LGBTIQ+ plantean su visión frente a cómo les gustaría que fuera la Nueva Constitución y de qué manera deberían estar estipulados, y por qué no asegurados, los derechos de las diversidades y disidencias.

Para Marco Becerra la nueva Constitución deberá “garantizar la igualdad de todas, todos y todes”, llamando a cada una de las organizaciones y activistas de la comunidad LGBTIQ+ para estar presentes en las discusiones y “se logre la definición de un rayado de cancha en materia de derechos igualitarios”.

“Hay que dejar atrás esta suerte de exclusión permanente hacia las personas LGBTIQ+, para que efectivamente después se concreten leyes que permitan la inclusión en el ámbito de la familia, del trabajo y del desarrollo personal. Creo que básicamente el desafío de esta Constitución es eso, que se garantice los derechos sociales”.

Por su parte, Nicole Rojas encuentra que “tenemos la oportunidad única de incluir la diversidad en esta nueva Constitución”. “Nos parece fundamental el derecho a una vida libre de violencia, que se cuestione el concepto de familia y se hable del concepto de vínculos, que es donde finalmente nacen los afectos en el espacio cotidiano. Asegurar los derechos sexuales y reproductivos, asegurar terapias amplias, por ejemplo, las del VIH, y que la nueva Constitución asegure el derecho al aborto con infinitas causales.”

Franco Fuica, también pone en cuestionamiento el concepto de familia como base de la sociedad: “Hay que cambiar ese núcleo fundamental de la sociedad por las personas y las comunidades y asegurar una igualdad social que permita tener un parámetro donde nadie tenga que estar debajo de esa línea, incluida las personas trans y las personas LGBTIQ+”.

La Nueva Constitución, para la OTD, debe incorporar “una educación sexual de manera integral. Una constitución que eduque y, sobre todo, que nombre. Una de las cosas que las personas LGBTIQ+ y no binarias padecemos fuertemente es la invisibilidad. Creo que es muy importante estar nombrades dentro de la Constitución”.

Finalmente, Gonzalo Cid apunta a una Nueva Constitución con mirada diversa e inclusiva en su construcción, más que en artículos específicos. “La concepción de construir una sociedad, un país inclusivo tiene que ver con que todas las áreas, todas las temáticas y todos los espacios de vida social, cultural, política y deportiva tengan la mirada de la diversidad y las disidencias, sin excluirlas. Una mirada de respeto, de inclusión con las mujeres, con los pueblos originarios, con las personas en situación de discapacidad, con la población migrante y con la comunidad LGBTIQ+. Que todos los sectores excluidos y discriminados estén presentes en la visión de esta nueva carta”, sentencia Cid.

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