“Es un eufemismo que se acaba el Sename”: los retrocesos que trae el Servicio Mejor Niñez

Este viernes comienza a funcionar el Servicio Mejor Niñez en reemplazo del Sename. Miles de niños, niñas y adolescentes quedarán con una representación jurídica menos capacitada y aquellos que superaron los 18 años tras haber sido vulnerados, la perderán.


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“Los niños primero” ha sido el slogan que Sebastián Piñera y su sector han utilizado para dejar en claro que todas las niñas, niños y adolescentes (NNAs) son la prioridad nacional en su Gobierno. Un lema que llevó al presidente de la República a presentar en 2018 un proyecto de ley que pretendía eliminar el Servicio Nacional de Menores (Sename) y reemplazarlo por el Servicio de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, más conocido como Mejor Niñez.

El proyecto del Servicio Mejor Niñez presentado por el Gobierno, se promulgó el 22 de diciembre de 2020 y se publicó el 5 de enero de este año en el Diario Oficial, luego de varios vetos presidenciales. El día tan esperado de su implementación es este viernes, fecha que el Gobierno pretende marcar como el comienzo de una nueva era en materia de protección y cuidado de NNAs que hasta ayer se encontraban bajo la responsabilidad del Sename.

“Nuestra misión es proteger, restituir derechos, reparar daño, en niños, niñas y adolescentes”, es lo primero que se lee cuando uno entra a la nueva página del Servicio Mejor Niñez. ¿Cómo lo harán? Lo lógico sería que todo ese trabajo y esos grandes cambios que propone el Servicio Mejor Niñez, vayan acompañados de una transformación profunda.

Pero no. Las residencias del Sename seguirán siendo las mismas en el nuevo servicio –ya se venía realizando un cambio desde los masivos Cread a las residencias familiares desde hace dos años–, los privados involucrados también serán los mismos, al igual que muchos de sus funcionarios y quienes estarán a cargo y administrarán los centros, incluso en algunos casos personas que han sido sumariadas por apremios ilegítimos en contra de menores, pero que lograron pasar el proceso de evaluación del nuevo servicio.

¿Cuáles son los grandes cambios, entonces?

El abogado Carlos Alvear, excomisionado de la Infancia y Adolescencia (2014-2018) y quien instaló los Programas de Representación Jurídica (PRJ), es categórico: “La única diferencia entre Sename y Mejor Niñez es que el nuevo servicio no tiene responsabilidad penal adolescente y Sename va a seguir vigente, pero con otro nombre. Es un eufemismo eso de que se acaba el Sename”.

A partir de este 1 de octubre, el Servicio Mejor Niñez pasa a hacerse responsable del área de protección de la niñez y adolescencia vulnerada en sus derechos. Los jóvenes que hayan cometido delitos bajo la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente se mantendrán bajo el cuidado del Sename y después pasarían a estar a cargo de un nuevo servicio que aún se tramita en el Congreso: el Servicio de Reinserción Social Juvenil, institución que el Gobierno pretende promulgar antes de fin de este mes, para lo cual deberá solucionar la “falta de claridad” en el proyecto que acusa la oposición.

Para el abogado David Núñez, exdirector del PRJ-Umbrales de la Región Metropolitana, esto es “un desastre”. “Nuevamente se va por un concepto totalmente arcaico, que es criminalizar a los jóvenes, desentendiendo, a su vez, que ellos son víctimas. Porque no es que estos niños hayan nacido criminales o delincuentes, ellos se volvieron infractores de ley producto del entorno donde se desenvuelven, de vulneraciones que recibieron desde antes. Entonces, no puedes dividir al joven infractor del joven vulnerado”.

Otros de los cambios es que el nuevo Servicio Mejor Niñez estará supeditado al Ministerio de Desarrollo Social y Familia, y no al de Justicia, como actualmente pasa con el Sename, además del cierre de una de las iniciativas que más se preocupaba de la protección de NNAs, los Programas de Representación Jurídica (PRJ). “Los niños están en completo abandono judicial”, asegura Alvear respecto al cierre de los PRJ.

¿Por qué deciden cerrarlos, entonces? ¿Es verdad que a partir de ahora NNAs se quedarán sin protección? ¿Qué dice la Subsecretaría de la Niñez? ¿Qué piensa la directora del nuevo servicio? Lo concreto es que el Servicio Mejor Niñez llegó para quedarse y para no repetir nunca más los errores y horrores del Sename. ¿Cierto?

Los Programas de Representación Jurídica

Cuando Carlos Alvear comienza la tarea de instalar una red de programas a nivel nacional que se encargara de la representación jurídica de niñas, niños y adolescentes víctimas de delitos, tanto dentro de las residencias como en sus hogares, la tarea no fue fácil.

Durante casi un año tocó puertas para que, desde el Gobierno, pudieran financiar un programa que tenía un alcance inédito en el mundo, pues no existía en ningún lugar del planeta iniciativas de representación jurídica a menores vulnerados con cobertura para todo un territorio nacional.

Ese era el objetivo de Alvear: hacer crecer los ocho programas pilotos de representación jurídica que había en ese momento –el 2014 en las regiones Metropolitana, Bío Bío, Los Ríos y Los Lagos– para que llegaran de Arica a Magallanes.

Y a pesar de que en un comienzo no logró completar el número de plazas que tenía estipulado, pudo dar inicio en 2015 al Programa de Representación Jurídica (PRJ). “Lo importante para mí era levantar la primera piedra y que esto fuera el comienzo de una edificación de algo mucho más consistente, y que permitiera frenar vulneraciones, perseguirlas penalmente y con criterios adecuados”, detalla el abogado.

Este inicio marcó un antes y un después en la protección de NNAs. Ahora los menores tenían un curador ad litem, o sea, un abogado en representación de un niño, niña o joven que carecía de representante legal. “Eres el abogado de la víctima”, explica David Núñez. “Nosotros no representamos ni a los padres ni a parientes, solamente al niño, y podemos tener opiniones antagónicas con cualquier otro interviniente, incluso con el juez”.

Adolescentes en residencia familiar del Sename
Adolescentes en residencia familiar de Quillota. SENAME

Según el excomisionado de la Infancia y Adolescencia, desde su instalación los PRJ han representado a más de 10 mil niñas, niños y adolescentes con más de un 50% de causas resueltas favorablemente para las víctimas y con condena para sus agresores.

“La representación jurídica para los niños también es reparatoria, porque finalmente tiene que ver con que la verdad que tienes tú como víctima (con la denuncia) es lograr que el sistema te crea y condene a tu agresor. Si eso no es reparatorio, ¿qué es?”, se pregunta Alvear.

Uno de los trabajos fundamentales de los PRJ era evitar que NNAs, cuando eran víctimas de apremios ilegítimos en sus propios hogares, fueran llevados a alguna residencia y así se mantuvieran en sus casas, pero alejados de los agresores.

«Hubo desconocimiento práctico. No hablo de desconocimiento teórico, porque lo tienen. Es práctica, es conexión con la realidad (…). Fue un mal diseño, mal implementado.»

— David Núñez, exdirector del PRJ-Umbrales de la Región Metropolitana.

“El PRJ pedía una medida de protección, una cautelar con una orden de salida del agresor de esa casa. Así, no era la niña la que se tenía que ir, sino que su agresor. Después se trabajaba con la familia para que se dieran cuenta de lo que sucedía y apoyarlos”, explica Alvear.

De esta manera, los PRJ evitaron que la población en residencias del Sename aumentara, protegiendo a NNAs dentro de sus propias casas, evitando que ingresaran a establecimientos que conllevaban otro tipo de vulneraciones y abusos. “Los PRJ buscaban no revulnerar a las víctimas”, recalca Alvear.

El nuevo programa de representación jurídica

¿Cómo es posible que un programa que ha resultado ser exitoso, con profesionales capacitados en el tema, con cobertura de Arica a Magallanes y que ha evitado que muchos menores tengan que pasar por la experiencia del Sename, haya llegado a su fin?

Nadie lo tiene muy claro, pero Alvear se arriesga a una teoría: “Este Gobierno quiso ahorrarse los $3.500 millones que iban destinados a los PRJ para, probablemente, destinarlos a otra parte”.

A la abogada y exdirectora del PRJ-CEDEIJ de Concepción, Verónica Jiménez, le llama la atención que hayan terminado un programa de eficiencia comprobada y reemplazado por Mi Abogado de la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ), que es financieramente mucho más económico, junto a que, dependiendo de la región, “se apuesta por un servicio de apenas tres años y, en algunos casos, de un año de instalación”.

“Es que hacer un ahorro en infancia es un despropósito”, asegura Jiménez. “Es precisamente donde necesitamos invertir para no tener los problemas que hoy tenemos, por ejemplo en la responsabilidad penal adolescente o todos los niños que están en terapia reparatoria porque han sido víctimas de delitos”, asegura la abogada.

El Programa Mi Abogado será el que, a partir del día de hoy, lleve las causas que antes tenían los PRJ. Sin embargo, Mi Abogado tiene graves deficiencias en relación a la red que antes estaba dispuesta: no tiene el número adecuado de profesionales, tampoco los profesionales con la experticia necesaria, ni tampoco se han hecho cargo de NNAs fuera de las residencias.

“Mi Abogado es un programa que está diseñado para niños de las residencias y para evitar las largas extensiones de las internaciones, pero no están preparados para la cantidad de causas que les está llegando”, asegura Alvear.

Y agrega: “Todos las causas que se traspasaron desde los PRJ, el programa Mi Abogado las irá cerrando. Cualquier vulneración constitutiva de delito que reciba un niño, ahora no va a encontrar patrocinio y por lo tanto no van a ser llevadas o ingresadas a un programa o a un dispositivo de este tipo. Es desprotección para las víctimas”.

Y es que el traspaso de causas a Mi Abogado ha sido otro de los grandes dolores de cabeza para los PRJ. Han debido crear una forma de trabajo para traspasar la información, ya que no había una minuta clara desde la autoridad y cada PRJ debió implementar el mejor sistema para que la cesión de causas fuera ordenada, transparente y rápida, pues tenían poco tiempo.

“Si no fuera por instancias nuestras y la colaboración del mismo programa, por lo menos aquí a nivel regional en Santiago, nos habríamos demorado más. Nosotros pedimos una instancia de coordinación para poder explicarles en qué estado estaban nuestras causas. Pero el Ministerio y el Sename decían ‘no, la orden es que tienen que hacer este itinerario’ y el itinerario no servía para nada. Pedían estadísticas que estaban buenas para los planilleros del excel, pero que no tenían ninguna eficacia”, afirma Núñez.

“Respecto de nuestro traspaso, lo hicimos de la forma más ordenada posible y sin inconvenientes. Sin embargo, en este proceso no se consideró la participación de NNAs, sólo se nos indicó que debíamos informarles la situación. Ni ellos ni sus familias tuvieron posibilidad de oponerse y las consecuencias en los procesos, especialmente penales, se verán después”, denuncia Jiménez.

La única institución que presentó un documento emitiendo recomendaciones para la cesión de causas desde los PRJ a Mi Abogado fue la Defensoría de la Niñez, que a través del oficio 648, entregó una serie de sugerencias de cómo deberían hacerse estos traspasos con una visita previa a NNAs. Esta ha sido la única participación en el tema de la Defensoría, algo que no tiene muy conformes a todos.

Defensoría de la Niñez: la gran ausente

“Me llama la atención que la Defensoría de la Niñez no haya dicho ni una cosa. Lo único que hizo fue un oficio que envió al Sename, porque el Sename le envió un oficio primero preguntando cómo tenían que hacer el traspaso de los casos”, sostiene Alvear, quien manifiesta impotencia porque cree que la Defensoría podría haber hecho algo más para detener el cierre de los PRJ.

La Defensoría de la Niñez ha sido más bien cauta con respecto al cierre de estos programas y sólo emitió dos oficios, el 648 y el 639. Este último solicita información sobre las causas que no serán llevadas por el programa Mi Abogado, exigiendo una respuesta dentro de los 10 días próximos, la que a la fecha no ha recibido.

Niños en una de las residencias familiares que reemplazó al Cread Galvarino, donde murió Lissette Villa. SENAME

“Desconozco las razones de ausencia de opinión de la Defensoría de la Niñez en un tema tan importante como este, pues sólo se limitó a hacer, en último momento, sugerencias”, detalla Jiménez.

“A mí me parece que no le caíamos muy simpático a la Defensoría, porque técnicamente no veo por dónde podrían haber cuestionado nuestro programa. Pero sí, ha estado desaparecida frente a estos temas. Además, nosotros nunca nos dedicamos a tramitar por la prensa ni tampoco nos gusta aparecer en los medios de comunicación ni nada por el estilo y eso que hemos logrado cuestiones bastante importantes”, afirma Núñez.

Desde la Defensoría de la Niñez, aclaran que “hemos participado como observadores de derechos humanos en el proceso de cierres de PRJ (…). En ese sentido, hemos manifestado nuestra posición, la que, por cierto, dice relación con garantizar a los niños, niñas y adolescentes una representación jurídica, en todos los aspectos en la que un NNA requiera aquella”.

«Es una mala semana para los niños y una mala semana para el sistema judicial, porque finalmente va a bajar el nivel jurídico.»

Carlos Alvear, excomisionado de la Infancia y Adolescencia (2014-2018) y quien instaló los Programas de Representación Jurídica (PRJ)

También quisieron dejar en claro que “al ser una magistratura de persuasión, carece de potestades legales para impedir el cierre de aquellos programas. Sin embargo, a nivel legislativo, hemos recomendado (..) la imperiosa necesidad, en razón de la obligación del Estado de asegurar representación jurídica para todos los NNA en el territorio nacional”.

Sobre la potestad de la Defensoría de la Niñez, Carlos Alvear tiene otra interpretación: “La Defensoría debería haber salido a reclamar y decir que no podían dejar a un niño sin representación, pero se han quedado callados. Eso me tiene desilusionado”.

Y agrega: “Los defensores de la niñez son también magistraturas de persuasión, o sea que tienen que hacer pedagogía. Y aquí hay un vacío y una carencia respecto del discurso que la Defensoría de la Niñez tiene, porque nunca se han dedicado a hacer pedagogía. Es decir, si tú estás hablando de infancia, tienes que hablar de qué cosas se pueden hacer y qué cosas derechamente no hay que hacerlas, como quitarles la representación jurídica a NNAs”.

Sobre el rol que asumirá la Defensoría de la Niñez luego de la implementación del nuevo Servicio, especifican que ellos “seguirán observando y haciendo seguimiento a las actuaciones del Estado, en relación a los niños, niñas y adolescentes que se encuentran bajo su cuidado”.

No sólo es cambio de representación

El cierre de los PRJ y el traspaso de causas a un nuevo programa no es el único inconveniente con el que se han encontrado sus exdirectores, además hay muchas cosas que aún quedan por resolver.

“Nos han rechazado aquellas causas que corresponden a jóvenes mayores de 18 años”, denuncia David Núñez. “Las instrucciones de los caballeros y burócratas que diseñaron el sistema era entregar estas causas a otros centros: al Centro Integral de Atención a Víctimas (CAVI) de la CAJ y al Centro de Apoyo a Víctimas de Delitos (CAVD) del Ministerio del Interior. Pero hay pocas partes, tienen capacidad limitada, a veces están dentro de las causas, hacen lo que pueden, y tampoco están muy interesados del procedimiento de traspaso”.

El exdirector del PRJ-Umbrales relata que justamente a dos días del cierre de su programa, una trabajadora social se comunica con él para decirle que un centro no quería recibir un traspaso, porque tenía un juicio oral encima. “¿Y a quién se lo entregamos?”, se preguntó Núñez. “¿Lo vamos a dejar sin defensa? Ahora estamos buscando y pidiendo precisiones al Sename para que nos diga a quién le entregamos esas causas y por qué no hubo coordinación”.

“No hay oferta para ellos”, denuncia con desazón Verónica Jiménez. “Ellos fueron víctimas siendo menores, pero pierden todo el privilegio de atención en este nuevo escenario”.

“Los que más pierden con todo esto son las NNAs, porque son ellos y sus familias los que perderán continuidad y el vínculo generado entre los NNAs y sus abogados. El sistema en general no es muy respetuoso o amigable con los NNAs y esto es una prueba más de que su opinión no es relevante”, agrega la exdirectora del PRJ-CEDEIJ.

“Nuevamente no hubo empatía”, expresa Núñez. “Hubo desconocimiento práctico. No hablo de desconocimiento teórico, porque lo tienen. Es práctica, es conexión con la realidad”. Y añade: “Fue un mal diseño, mal implementado, sin la voluntad de los actores, sino que por los burócratas y planilleros de turno”.

Por su parte, Jiménez critica el traspaso del nuevo servicio del Ministerio de Justicia al Ministerio de Desarrollo Social y Familia. “Aquí se trata de inversión en infancia, no ayuda social. Esto es un retroceso enorme, porque no se necesita asistencialidad. Si la idea es dar protección administrativa, aún falta la ley. Un servicio sin un marco normativo, claro que no es suficiente”.

“El nuevo servicio no tiene dependencias propias, aún no tiene planta de funcionarios, no cuenta aún con reglamentos, nada está claro. Se personifica en su directora la tarea de asignación de cupos para derivar a NNAs, se ofrecen plazos irreales”, detalla la abogada.

Y agrega: “No se consideraron las relaciones contractuales que las OCAs (los Organismos Colaboradores Acreditados del Sename) tenían vigente con sus trabajadores, obligando a terminar contratos de manera anticipada. Lo mismo con los contratos de arriendo de inmuebles o servicios. Los aspectos administrativos y financieros no fueron considerados y tampoco el servicio ha cumplido con el pago de deudas que mantiene pendiente, por lo menos, con mi programa”.

Para resolver todas estas interrogantes e irregularidades nos comunicamos con la Subsecretaría de la Niñez. Sin embargo, desde la institución nos comentaron que como la subsecretaria, Blanquita Honorato, se encuentra con postnatal y no había otra voz oficial que nos respondiera, lo mejor era comunicarnos con la misma directora del Servicio Mejor Niñez, ya que ella estaba trabajando hace un año en su implementación.

A pesar de que la directora del Servicio Mejor Niñez asumió hace solo 28 días, nos comunicamos con el servicio para plantearle nuestras dudas y los hechos que se cuestionan en esta nota, sin embargo nos informaron que debido a su ocupada agenda previo a la entrada en vigencia de la ley era imposible. Le pedimos 10 minutos para que nos contestara un par de preguntas, y aún no nos responden.

“Es una mala semana para los niños y una mala semana para el sistema judicial, porque finalmente va a bajar el nivel jurídico”, asegura Carlos Alvear.

“A nosotros nos da pena, porque hay varios usuarios que están preocupados y algunos apenados con lo que esta pasando. Hay incertidumbre en ellos. Pero nosotros nos vamos con la frente en alto. Sabemos que hicimos bien nuestro trabajo”, afirma David Núñez.

Verónica Jiménez, por su parte, opina que el cambio debe ser una oportunidad para mejorar: “Pero en temas de infancia ese cambio debe considerar a los protagonistas, es decir NNAs y sus abogados, y aquí eso no se hizo”.

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