Los niños llegan en masa a la frontera de Estados Unidos con México en una nueva crisis migratoria

Más de 20 mil niños se encuentran en custodia del Gobierno Federal de Estados Unidos debido a una ola migratoria que tuvo números récord en marzo. Los arribos se intensificaron debido a dos huracanes que golpearon Centroamérica en 2020.


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Una camioneta conduce por un camino de tierra cerca de la frontera de Estados Unidos con México. De pronto el conductor, un agente de la Patrulla Fronteriza norteamericana que se dirigía a su casa, divisa a un niño que camina sólo en el sentido opuesto.

El agente se baja del vehículo. El niño, que viste una chaqueta negra, se acerca llorando. “Me puede ayudar”, le pregunta al agente, quien también habla español. “Yo venía con un grupo y me dejaron botado y no sé dónde están”.

La situación en las últimas semanas ha empeorado en la frontera. 170 mil migrantes llegaron a ella sólo durante marzo pasado, el mes con la mayor cifra en la última década.

Este récord también representa un aumento de los niños que están llegando solos, y le ha significado críticas a la administración de Joe Biden por el tratamiento a los menores.

Miles de ellos están siendo mantenidos en celdas parecidas a jaulas, las mismas que los demócratas denunciaron en la administración de Donald Trump.

Entre las causas de este incremento está el cambio climático, por dos huracanes que afectaron Centroamérica durante los últimos meses del año pasado.

Migrantes climáticos

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas y Unicef, el paso de los huracanes Eta e Iota afectó a más de 9 millones de personas, 3,5 millones de niños entre ellas.

Además, la crisis derivada de la pandemia ha golpeado fuertemente a las comunidades rurales, por lo que sus habitantes han estado viajando hacia el norte en busca de mejores oportunidades, lo que se suma a la violencia de las pandillas en la zona.

Los migrantes incluyen una gran cantidad del llamado “triángulo norte”, compuesto por Guatemala, El Salvador y Honduras.

Los menores han sido víctimas de la nueva crisis. Una niña de 9 años murió hace un par de semanas cuando intentaba cruzar el río Bravo, que atraviesa la frontera, acompañada de su madre y su hermano.

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Niño en frontera pide ayuda. FACEBOOK

Mientras los dos últimos pudieron ser reanimados y trasladados a un hospital en San Antonio, Texas, la menor murió.

Además del video del niño, difundido esta semana y que se convirtió rápidamente en viral, han surgido otros registros que han graficado la difícil realidad en la zona.

Un video, grabado por cámaras de seguridad, fue publicado el martes pasado. Las imágenes mostraban a dos niñas siendo arrojadas de un muro de más de 4 metros, presuntamente por traficantes.

Las dos menores ecuatorianas de 3 y 5 años fueron halladas por la Patrulla Fronteriza de El Paso, Texas, y tras ser atendidas y constatarse que no presentaban lesiones de gravedad, fueron trasladadas a un centro de detención.

«Puedo decir claramente: ‘No vengan’. No dejen su ciudad o comunidad.»

— Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, en entrevista con ABC News en marzo.

Las jaulas para niños

El pasado 30 de marzo se permitió a equipos de prensa ingresar a un complejo de detención en Donna, Texas.

Lo que mostraron ese día los noticieros fue una serie de jaulas cubiertas de plástico en las que miles de niños dormían hacinados en delgadas alfombrillas en el suelo.

La capacidad del recinto durante la pandemia fue establecida en 350 personas, pero en ese momento había 4 mil 100, de las cuales 3 mil 400 eran niños.

El sistema está colapsado. Se supone que después de máximo 72 horas en los centros de detención, los menores deberían ser entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos. Sin embargo, 2 mil niños excedían ese plazo en aquel lugar.

Este martes 4 mil 200 niños que viajaban solos permanecían en custodia de la Patrulla Fronteriza, mientras otros 16 mil estaban en refugios del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Las medidas de la administración Biden

“Puedo decir claramente: ‘No vengan’. No dejen su ciudad o comunidad”, manifestó Joe Biden en una entrevista con ABC News en marzo.

A pesar de que el mandatario ha empezado su periodo con altos niveles de aprobación, la inmigración sigue siendo un problema.

Una encuesta de la Associated Press y NORC conocida el lunes le daba un 63% de aprobación al presidente, pero el 56% rechazaba su trabajo respecto a la inmigración.

En cuanto a medidas inmediatas, la vicepresidenta Kamala Harris quedó a cargo de incrementar la capacidad de los refugios.

De acuerdo a CNN, estimaciones del Gobierno de Estados Unidos proyectan que se necesitarían más de 34 mil camas adicionales hacia septiembre dado el alto flujo de niños.

Biden heredó el sistema fronterizo de la administración Trump y, a pesar de que revirtió varias de sus medidas, mantuvo otras.

Actualmente, la administración está creando sistemas para que los migrantes postulen al asilo antes de dejar sus países. Durante el periodo de Barack Obama se había creado el programa para menores con esa modalidad, pero este había sido cancelado por Trump.

Por otro lado, todavía no se da una solución a aquellos afectados por la política de Trump conocida como “permanecer en México”, que dejó a los migrantes que escapan de la violencia en sus países esperando al sur de la frontera.

A pesar de que Biden anunció que suspendería la medida en marzo, todavía no se sabe qué pasará con los miles que aún esperan en México.

En cuanto a soluciones en el largo plazo, Biden también encomendó la tarea a Kamala Harris.

Acciones como combatir la violencia y ayudar a recuperar económicamente las zonas devastadas no son fáciles, porque los gobiernos centroamericanos históricamente han poseído altos niveles de corrupción que hacen desconfiar a Estados Unidos de entregar el dinero en ayuda.

Recientemente, la administración Biden condicionó gran parte de un paquete de ayuda de 4 mil millones de dólares para América Central a medidas para frenar la corrupción.

Los gobiernos centroamericanos involucrados tampoco tienen los recursos para combatir estos problemas, pues poseen deudas externas enormes y estructuras tributarias en que los más ricos pagan poco en comparación con otras naciones, por lo que la recaudación fiscal es baja.

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